Salio de su oficina en el edificio donde trabajaba, el mismo edificio donde trabajo yo dia tras dia. Bajo en el ascensor hasta el estacionamiento donde abordo su camioneta ultimo modelo. Un abogado de asuntos criminales, de 53 años.
Salio del estacionamiento, viro hacia la derecha y comenzo lo que seria su ultimo viaje. Ciento cincuenta metros mas adelante un explosivo colocado bajo su asiento detono y el abogado murio en el acto.
El mismo edificio. Quizas ayer mismo me cruce con el. Dos horas antes de su tragedia, camine por el lugar de los hechos. Y sin haberlo conocido siquiera, un escalofrio recorre mi cuerpo al saber que la muerte esta tan cerca, tantas veces. Y doy gracias por estar vivo.
4 comentarios:
Yugs, daw nabasahan ko naman ni sa iban nga blog?
que horrible!!!!
Yo tambien doy gracias que estamos vivos... so sorry vecino
no te preocupes vecina, ni lo conocia
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